El libro gira sobre dos premisas: alfabetizar no equivale a enseñar a leer (es decir, a comprender lo que se lee), y el gusto, el amor por la lectura no se enseña, se contagia. Y el mejor modo de contagiar ese gusto por la lectura, explica Garrido, es la lectura en voz alta.
Escrito (y dicho) con pasión y con conocimiento de causa (y efectos), en El buen lector… Garrido propone métodos, programas, acciones que él mismo ha venido realizando e impulsando con la misma pasión con que su prosa nos transmite su experiencia. Por eso este libro nos esclarece y nos contagia.
Para Garrido, la literatura es el mejor medio para formar lectores. “¿Por qué leer literatura? Porque los textos literarios actúan no sólo sobre el intelecto, la memoria y la imaginación, como cualquier texto, sino también sobre estratos más profundos, como los instintos, los afectos, la intuición, y en consecuencia consolidan una inclinación mucho más intensa hacia la lectura. Por otra parte, los textos literarios son los que más exigen del lector, los que mejor lo ejercitan para comprender el lenguaje escrito… ” Y es que saber leer es comprender y comprender es un gozo; un gozo que nos hace cada vez más libres, y ser cada día, cada libro, más lectores. Y este gozo es el que hay que transmitirle a los otros.
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